31 / jueves - agosto de 2017

Semana 35. 243/122
Consuelo. Ramón.

Si en el Síndrome de Estocolmo se produce un proceso antinatura de empatía hacia el agresor, hay casos en que también se puede producir a la inversa, desencadenándose lo que los expertos han dado en llamar el Síndrome de Lima, que empuja a los secuestradores a estrechar lazos con los rehenes, a identificarse plenamente con ellos y a desarrollar un sentimiento de compasión hacia sus víctimas. El caso más paradigmático y que, de hecho, da nombre al trastorno, ocurrió en 1996, cuando catorce miembros del movimiento Túpac Amaru tomaron a cientos de rehenes durante varios días en la embajada japonesa en Perú. Pero el secuestro fracasó por la inesperada confraternización de los secuestradores con sus víctimas, a las que fueron liberando incapaces de llevar a cabo el plan original.
.- Todos los capítulos de Tantos hombres y tan poco tiempo