23 / viernes - septiembre de 2016

Semana 38. 267/99
Tecla.

Es habitual oír que cortarse el cabello lo hace crecer con más fuerza. No es verdad. Todos los estudios clínicos han demostrado reiteradamente que rasurase el vello corporal no afecta a la robustez con la que luego vuelve a salir. La confusión procede de una mala interpretación: al eliminar las puntas -por ejemplo, tras un afeitado de rostro-, queda la raíz, más fuerte y oscura. Pero antes también estaba ahí. Tampoco es cierta la afirmación de que al arrancarnos una cana, saldrán siete nuevas. Si es cierto, en cambio, que las situaciones de intenso estrés y disgustos tiñen de tonos grises nuestros pelos. O incluso los hacen caer: las vivencias traumáticas a veces provocan un tipo de alopecia llamada efluvio telogénico. Por otro lado, ni la pelambre ni las uñas crecen después de morir. Esta falsa creencia se explica porque la deshidratación de un cadáver puede contraer su piel, lo que crea la falsa sensación de que las citadas partes del cuerpo continúan creciendo y ganan tamaño.
.- Todos los capítulos de Tantos hombres y tan poco tiempo