3 / jueves - marzo de 2016

Semana 10. 63/303
Emeterio. Celedonio.

No es ningún secreto la habilidad de los alemanes para tomar grandes cantidades de cerveza sin emborracharse, al igual que se conoce la poca resistencia de los orientales. Esta capacidad depende en gran medida de un conjunto de enzimas llamadas alcohol deshidrogenasa (ADH), localizadas en el cromosoma 4, cuya función es procesar los alcoholes que podrían ser tóxico. La actividad de ADH varía no solo entre poblaciones sino también entre hombres y mujeres. Es uno de los genes cuya expresión demuestra cómo el ambiente influye en nuestro genoma: dado que en los primeros asentamientos humanos de Europa el agua solía contener patógenos causante de enfermedades, ésta debía ser hervida o fermentada para su consumo. Así, quienes se acostumbraron a tomar cerveza o vino en lugar de agua, sobrevivieron a enfermedades como la disentería.
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