Roque.
De todos son conocidos los exagerados banquetes, a los que tanto romanos como griegos, eran aficionados. Antes de cualquiera de ellos se preparaban concienzudamente para aguantar el máximo posible y, entre otras cosas, acudían a las fiestas ornamentados con una corona de perejil en la cabeza. La razón es que estaban convencidos que esta planta absorbía los vapores etílicos y evitaba las borracheras..- Todos los capítulos de Tantos hombres y tan poco tiempo