29 / viernes - febrero de 2008

Semana 9. 60/306
Rufino.
Fiesta en la ciudad de Castellón.


Isabel la Católica debió ser la primera monarca europea que se ocupó de la seguridad vial de su reino. Parece ser que la monarca que ordenó que los carreteros que recorrían los caminos de Castilla con cargas de toda índole sólo pudieran detenerse a tomar una botella de vino durante el trayecto si con cada vaso se les servía un pedazo de carne puesto sobre una rebanada de pan; carne y pan habían de ser de suficiente tamaño para tapar el vaso en que estaba el vino, razón por la cual, según algunas teorías se llama tapas a las tapas.

La justificación para tal medida era evitar que esos carreteros condujesen en estado de embriaguez. Aquellos carromatos castellanos solían ser de bueyes, lentos por excelencia, de modo que el peligro, más que en la velocidad, estaría en que el carretero borracho atascase un camino cuyo ancho sólo permitía el paso de un carromato a la vez.