18 / miércoles - mayo de 2016

Semana 21. 139/227
Trinidad.

El agua caliente es mejor que la fría para lavar los platos por el mismo motivo que el azúcar se disuelve más rápido en un líquido caliente. De acuerdo con la segunda ley de la termodinámica, al ascender la temperatura, las moléculas de agua ganan más energía. Se mueven más rápidamente y golpean los platos a mayor velocidad, lo que facilita retirar las partículas en el lavaplatos. Pero para lavar la ropa, el agua caliente no siempre es lo mejor. Los detergentes antiguos emplean productos químicos llamados enzimas que descomponen la suciedad de la ropa, que funcionan mejor a entre 30 y 40 º C. Sin embargo, los detergentes nuevos están diseñados para funcionar igual a temperaturas más bajas con el fin de ahorrar energía y dinero.
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