2 / domingo - noviembre de 2008

Semana 44. 307/59
Difuntos.

Para proteger las obras de arte los museos no suelen permitirse el uso del flash en sus recintos.

La medida no es caprichosa, los pigmentos colorantes usados antiguamente para pintar los cuadros se elaboraban con compuestos químicos, en su mayoría orgánicos, capaces de absorber la radiación luminosa. Esta captación puede activar reacciones fotoquímicas que desnaturalizan y alteran los pigmentos originales.

Ahora se sabe que los daños irreversibles detectados en obras exhibidas en algunos museos fueron causados por las antiguas lámparas de descarga que emitían radiaciones ultravioleta y violeta.

El mismo efecto perjudicial tiene los flashes actuales.

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