7 / lunes - abril de 2008

Semana 15. 98/268
Juan Bautista.

Las redes que fabrican las arañas constituyen, tanto por su diseño como por su resistencia, una obra maestra de ingeniería.

Estas trampas, letales para muchos insectos, están fabricadas con más de cinco tipos de seda, que se diferencian entre sí por su composición a base de proteínas y agua. No obstante, una tela de araña siempre combina al menos tres: una red de caza, hecha de seda pegajosa y elástica; una de armazón, con hilos más consistentes y menos flexibles, y, finalmente, una red de anclaje, confeccionada con seda gruesa y rígida.

Generalmente, cuando una presa choca en la trampa, se queda pegada en la seda de caza. Al intentar escapar, lo único que consigue es enredarse más y más y, de paso, alertar a la araña, que acude a inyectar el veneno paralizante a su víctima. En su desplazamiento, el arácnido evita pisar el hilo pegajoso y siempre procura circular por rutas alternativas, razón por la cual no quedan atrapadas en su propia red.